martes, 27 de enero de 2009

la maravillosa rutina (version de el)

Como cada dia esperaba apoyado contra la barra del bar de la facultad de humanidades esperando su entrada, la entrada triunfal que aquella desconocida hacia cada dia.
Cada dia entraba a por un capuccino, caminando con elegancia, ondeando su melena rubia tras de si, con una inocente sonrisa de agradecimiento hacia la camarera y una increible mirada del color del cielo hacia el viejo reloj. Como cada dia miraba de reojo por toda la cafeteria en busca de la chica que la acompañaba siempre, con la que compartiria bromas, risas y miradas complices. Como cada dia no podria dejar de mirar su hermosa figura, no podria dejar de intentar escuchar su risa esparcirse a mi alrededor...2 minutos... El momento mas esperado de cada dia desde hace varios meses... Seguro que cargaria con su bolso marron a la espalda, seguro que hoy (que estaba lloviendo) llevaria ropa deportiva y botas de montaña, ella era sencilla. 1 minuto... casi me parecia conocerla bien, de tanto que la habia observado. Iria escuchando musica en su ipod verde, con expresion despreocupada, sumida en recuerdos felices.

Por fin se abrio la puerta, alli llego ella envuelta en un halo de luz clara, el cielo estaba despejado. Quizas yo hubiera empezado a delirar. Siguio el ritual con precision. Esta vez habia algo distinto, no estaba su invisible acompañante, y aunque ella miraba de reojo buscaba otra cosa...u otra persona. Increible. Su mirada se clavo en mi durante un segundo eterno. Sin mirarme se dirigio hacia donde yo estaba. No me podia mover, y no podia dejar de mirar su suave caminar, timido.

Cuando estaba a centimetros de mi alzo la mirada.
- ¿estas leyendolo?- dijo con voz timida y dulce señalando algo, mire rapidamente.
-No, toma.- dije de manera brusca dandole el periodico que habia bajo mis cosas. Comparando conmigo no era demasiado alta pero me tenia paralizado, aferrandome a la barra.
-Gracias.- Me regalo una de sus sonrisas, y sino me equibocaba sus mejillas estaban sonrosadas y su mirada estudiaba la mia. Habia sido torpe, ni si quiera fui amable. se giro rapidamente, sin que me diera tiempo a devolverle la sonrisa. Me sentia torpe, aunque seguramente a ella no le importaria, ni si quiera se habria percatado. Al girar desprendio un perfume embriagador, fresco, perfecto.
Se sento, esta vez sola. Buscaba algo en el periodico, y cuando lo encontro fijo su mirada y no la levanto. Mire a la camarera para pagarle que observaba la situacion apoyada junto a la cafetera. Como si fuera mi mejor complice me sonrio.
- Lo de siempre.-dijo con ironia- 1 euro.
-Gracias- conteste mientras le pagaba. Ella suspiro y miro a mi desconocida. Yo no salia de mi asombro.
- Un poco de accion no le vendria mal a una camarera con poco trabajo.- dijo entre dientes mientras se iba. Una vez mas, me quede clavado mientras me parecia oir una risita desde dentro de la barra. Ceñi mi chaqueta a mi cuello antes de salir a la calle. La camarera tenia la mirada fija en mi, ella podria ser una estudiante mas por la edad. Miro a la extraña, que se mordia las uñas de forma nerviosa mientras leia algo que aparentemente le preocupaba. Me gire sin salir de mi sorpresa, y sin pensar mire rapidamente a la extraña. Me parecio por una milesima de segundo que ella tambien me habia mirado, pero no estaba seguro de que eso fuera real. La camarera tenia cara de enfado y decepcion.

Abandone la cafeteria sumiendome en preguntas sin respuesta y en pensamientos que me llevaban a lugares en los que no habia estado, donde una voz nueva para mi me hablaba de cosas triviales mientras caminaba junto a mi. Hoy al menos sus palabras habian sido para mi, y me habia regalado una de sus luminosas sonrisas y una preciosa mirada azul. El dia ya habia perdido toda su luz pues no la volveria a ver, hasta mañana, que seria otro dia gris con un poco de luz en esos segundos en la cafeteria.

viernes, 16 de enero de 2009

...ultima despedida...

Hacía una semana que él me dejó. Me confesó que hacía tiempo que era infiel, claro que me dolió, pero a pesar de eso...estaba dispuesta a perdonarle. a perdonarle y a recuperarle. Aquella llamada solo podía significar su redención... estaba eufórica.
Faltaban solo minutos para que volviera, para que me diera una explicación, para que la aceptara, para que fingiera que seguía dolida, para que siguiera fingiendo por unos minutos que me lo pensaba, para verle sufrir (solo un pokito) ante mis dudas...
Mientras cavilaba sobre como sería, vi su coche aparcado en la acera y el bajando del mismo. Con su trote gracioso se dirigía hacia la casa. no hizo falta que llamara al timbre, pues yo estaba en el porche esperandolo.
Tran minutos, quizas horas, de larga conversación todas mis cavilaciones...se perdieron en un abismo de dolor. Tras años de una intensa, al menos para mi, relación habían cambiado a aquel chico... no era el mismo de siempre. Mis ojos como platos y mi corazón inundado, mi mente perdida. ¿Había dicho que se marchaba? y lo peor de todo ¿con ella?... "crack" sonó mi joven corazón rompiendose. El joven con el que había pasado mi adolescencia y parte de mi juventud, era otra persona. Nunca viajaba antes. Y ahora...se iba a Philadelphia??...con ella. Nunca me había querido, era una de mis conclusiones, y la más dura.

Cuando terminó de contarmelo todo, sin que yo dijera ninguna palabra, me pidió opinión. Todavía mis ojos no estaban inundados pero mi voz se había fugado, estaba dando gritos de dolor en alguna otra parte del mundo. Me pidió opinión.
- Hace una semana...- susurre, como si me hubieran clavado un puñal en la garganta que me impedia hablar. Y le mire con ojos llenos de dolor. Nos encontrabamos en el interior, en la cocina, con sendas tazas de café.
-Lo se, pero necesitaba tu beneplacito para hacer esto...-dijo con una mirada esperanzada, alzando mi barbilla hacia sus ojos oscuros.- yo te quiero mucho.
-No...no necesitas mi beneplacito...y no, tampoco me quieres.-conteste llena de dolor, apartando mi rostro del suyo.
-¡Claro que si!- gruño sorprendido y dolido.
- Si me quisieras...¡no me estarías haciendo este daño!- mi voz había vuelto para gritar en mi garganta.
-Pero, te estoy demostrando que es cierto. Te estoy demostrando que eres necesaría en mi vida.- dijo mirandome.
-Mis heridas estan en carne viva... ¡y tu arrojas sal!...-recordé que tenía que respirar y dejar de temblar, el dolor se había convertido en rabia- Sal de mi casa...vete- por fin me calme un poco- por favor.
- Escuchame...-contestó agarrando mis muñecas.
-No, nunca más. No quiero saber nada más de ti. vete. ya. a philadelphia o a donde quieras. Y por mi...-cojí aire y le miré a los ojos con ira.- no vuelvas.
Se levantó y se dirigió a la puerta. Se giró para decirme algo y como si le leyera la mente, le dije.
-No, el que no lo entiendes eres tu.- se quedó mirandome sorprendido.- Para mi tu eras...tu eras TODO y para ti...yo nunca he sido nada...esto es lo que ocurre cuando una persona descubre algo así.-Dije señalando mi cara descompuesta. Mi voz se había vuelto a marchar a chillar a algun otro lugar...y solo quedaban susurros.-Solo te pido que no me hagas mas daño.- La arrepentida ahora era yo. había sido dura.- se feliz. - Se acercó con las manos extendidas como si fuera a abrazarme. Alcé una mano para detenerle y sin mirarle dije.- y dejame serlo a mi.- Las lágrimas inundaban mis ojos amenazando con desbordarse.
-Adios.- dijo cruzando hacía la puerta.- Lo siento.- me pareció oir, pero fue como un susurro de la brisa, suave y lejano.

Un rato despues llegó mi compañera de piso, un rato que debieron de ser horas en las que permanecí quieta, con la taza de cafe en las manos. mirando al vacio.

domingo, 4 de enero de 2009

el dia de mañana

Me alegra pensar que mañana no estaré donde estoy hoy ahora. Me imagino cenando, rodeada de caras familiares y amables. Mis amigos y amigas. Me imagino a todo el mundo revuelto despues de dar cuenta de las primeras botellas de vino, o lo que sea que quieran beber en esta ocasion. Reconozco que no me siento incomoda ahora, estoy bien, feliz.

Pero necesito un descanso, un pequeño descanso que me permita respirar y recuperar un poco mi vida diaria. Es lo que tiene mi trabajo, que semana si, semana no me convierto en un heroe de comic que tiene que renunciar a su vida diaria por sus obligaciones. No se cuanto durará, supongo que hasta que la ausecia ocasional de vida privada superé al sueldo que esto me genera.

Tambien debo admitir, que la ausencia de vida privada hace que la aprecie más cuando dispongo de ella. Y que dedique mi tiempo libre a tareas mas útiles que si estoy desocupada (incluso descansar puede ser util en ocasiones, no siempre). Y cuando estoy trabajando... disfruto de aquello que puedo hacer.

Mañana puede ser un bonito dia, una gran noche, para olvidar las obligaciones y preocupaciones. Para que mis cavilaciones inexactas puedan cobrar forma pasado mañana, pensando quiza, que he conocido a lo que llamo...mi marca de heroína. es lo que pasa a veces. Sinceramente, no le pido nada a la noche de mañana, solo disfrutar de la compañia de mis amigos y que estos quieran disfrutar de la noche conmigo. Que brindemos por el año nuevo, ya que en noche vieja el trabajo me lo impidio, y que sus sonrisas sean mi abrigo. Que desayunemos entre risas y caras cansadas, y que volvamos a casa todos juntos y felices. Que sea pasado mañana cuando en lugar de sumirme en mis cavilaciones inexactas, y de tener que inventar esa...marca... que comparta con ellos diferentes cotilleos y risas de la noche anterior. Para que buscar mas si los tengo a ellos? gran pregunta...

sábado, 3 de enero de 2009

exactamente...mi marca de heroína

Hasta ahora todos mis fracasos amorosos se los he achacado a causas externas o semi-externas a mi. Siempre he pensado, o he querido pensar, que la otra persona no era idonea, que no congeniabamos, que alguna razon insustancial, que no conseguia comprender, me hacía realmente exigente por lo que no quería conformarme con cualquier cosa (no se si me creo claudia txifer...desde luego ni me acerco)... mis indecisiones y mi inseguridad, y mis miedos al compromiso tambien solían ser muy recurrentes a la hora de cortar una relación por lo sano. Pero... estos días en los que he tenido mucho tiempo para pensar he descubierto que no es así.

Creo que me he vuelto incapaz de enamorarme.

Así como lo lees...¿como alguien se vuelve incapaz de algo tan esencial en la vida?, en muchas ocasiones me he defraudado a mi misma, me he sentido decepcionada con los resultados de mis actos...pero en esta... en esta he sentido que he perdido lo más esencial de mi misma.

En ocasiones me miro al espejo y no veo la misma persona alegre y jovial, enamoradiza y tonta, de antes. Ahora veo unos ojos claros que me devuelven la mirada fria, un rostro palido que a perdido las alegres pecas. Unos labios tensos, que antes esbozaban frecuentemente una dulce sonrisa. Es como si no tubiera alma. Parece que en cualquier momento voy a exalar mi aliento sobre ese espejo al que miro, y no va a ocurrir nada. es triste.


El otro día, para mi consuelo, un amigo me decía que el ya no se enamoraba como cuando era mas joven. Que ya no sentía esa presión en el pecho cuando comenzaba a conocer a alguna chica, pero que no le importaba. Él lo asumió como algo natural, algo que cambia con la edad. A mi me cuesta creerlo y me duele creerlo. No puedo, ni quiero, estar con alguien si no siento ese ardor en mi interior.

Reflexionando llego a la conclusión de que antes era demasiado enamoradiza quizas. Pero ahora que llevo un año y medio sin sufrir por nadie creo que algo raro ocurre. Por más vueltas que le doy, no entiendo por que no hay nadie que me atraiga hasta el punto de querer estar con él en mi tiempo libre, o...no se, lo que suelen querer las parejas normales. Probablemente, y digo probablemente, sea que me haya convertido en alguien frio y duro, y que debe aparecer alguien perfecto para mi y en el momento perfecto para que esa magia vuelva. Y será ese alguién perfecto quien me devuelva las pecas, la mirada clara y calida y la sonrisa a los labios.

Aunque siga siendo un factor externo, es más facil para mi así, debe aparecer alguien que sea...exactamente...mi marca de heroína.